Usar ropa íntima de algodón.
Lavar la ropa íntima con jabones neutros.
No utilizar duchas vaginales, ni agentes antisépticos locales.
Lavar los genitales antes y después de tener relaciones sexuales
Utilizar jabones suaves que no alteren el pH ácido propio de la mucosa.
No usar ropa muy ajustada para favorecer la transpiración de la zona.
Controlar la ingestión de medicamentos.