SOFOCOS de la Menopausia

Por qué se producen y cómo combatirlos

La Menopausia es un punto de inflexión en la salud y calidad de vida de la mujer, en esta etapa las concentraciones de hormonas como los estrógenos, la progesterona o la testosterona pueden caer a niveles prácticamente indetectables y esto puede tener consecuencias en la salud. Aumento de peso, fragilidad capilar, deshidratación en las mucosas o aparición de patologías son algunos de los signos que aparecen en la mujer durante la menopausia.

Pero sin lugar a duda uno de los síntomas que más preocupan y afectan la calidad de vida, son los sofocos (especialmente los nocturnos).

Se caracterizan por una sensación aguda de aumento de calor, ansiedad y nerviosismo, acompañada de un mayor flujo sanguíneo en la parte superior del cuerpo (incluida la cara y el tórax). Igualmente, dichos sofocos suelen ir acompañados de mayor sudoración e incremento del ritmo cardíaco.

Este problema, que llega a afectar el 80% de las mujeres, aparece como consecuencia de una pérdida de la concentración de estrógeno en sangre. Una vez llegada la menopausia el estrógeno CAE a cantidades prácticamente indetectables y esto hace que las zonas termorreguladoras del organismo situadas en el hipotálamo pierdan el buen funcionamiento.

¿Aumentan los sofocos en el verano?

Efectivamente, los meses de verano pueden acrecentar las sensaciones negativas que provocan los sofocos en la mujer con menopausia. Al estar expuestas a mayor temperatura y humedad durante esta época, la predisposición a los golpes de calor que puede sufrir una mujer es mayor. Por otro lado, la deshidratación que con más facilidad se da en esta estación, agudiza los síntomas en torno a este problema. Igualmente, el consumo de bebidas estimulantes con cafeína o el alcohol pueden favorecer la deshidratación y la sintomatología. Por último, el hecho  de que en las noches de verano se desequilibren los ritmos del sueño, esto provoca mayor sensibilidad a sufrir de sofocos más marcados y frecuentes durante este período.

Hidrátate de forma adecuada y duerme las horas necesarias, esto te ayudará a controlar ese síntoma tan incómodo que acompaña con mucha frecuencia a la paciente menopáusica.

¿Cómo disminuir la gravedad de los sofocos en el verano?

Usa ropa ligera. Te ayudará a deshidratarte menos.

Controla la temperatura de la casa. Mantén una temperatura baja y constante, especialmente a la hora de dormir.

Dieta fresca e hidratante: Alta carga de verduras, hortalizas y frutas.

Evita bebidas estimulantes con cafeína y alcohol.

Hidratación y mineralización: Hidrátate con agua y bebidas isotónicas.

Refréscate con toallitas frías y duchas con agua tibia. En particular en los momentos que presentas un evento agudo de sudoración.

Aligera tu descanso. Existen principios activos naturales que te van a permitir tener un sueño más profundo: magnesio, el gaba y la melatonina.

Y por último, pero no menos importante, plantéale a tu Ginecóloga la INCORPORACIÓN DE UNA TERAPIA HORMONAL SUSTITUTIVA o como se conoce ahora, una Terapia Hormonal de la Menopausia (THM). En particular me refiero a que inicies el uso de Hormonas Bioidénticas (estrógenos, progesterona y testosterona), que pueden ser administradas a través de pellets (entre otros) y que su uso restaura tus niveles perdidos de dichas hormonas.

Es hora de que mejores tu calidad de vida, ya sabes que hay soluciones para ello.